domingo, 8 de agosto de 2010

Y que me quiten lo vivido...




Esta es una pequeña respuesta al tablón de cierta amiga... No sé si lo leereis, pero si es así espero que os guste... en cualquier caso ésta es mi opinión personal^^ Dedicado a los que se den por aludidos en cualquiera de los casos.
La mayoría de las amistades tienen fecha de caducidad… no es por ser pesimista, es la verdad… muchos de tus amigos lo son por las circunstancias, lo cual no es malo, aunque, rota la circunstancia, la amistad se va enfriando poco a poco. Sin embargo, y por suerte, hay personas que vamos encontrando y que sentimos cercanas de forma inexplicable… adoración, amor… quizá sí, pero en el sentido más puro y asexual posible (por mucho que tu amig@ pueda estar tremend@) ya que esa es la principal diferencia entre amistad y enamoramiento… por mucho que te enrolles con tus amigos siempre va a faltar algo por muy feliz que te puedas sentir con esa persona… y por eso se puede dar esa adoración y amor necesarias en las verdaderas amistades que muchas veces nos confunde cuando el/la amig@ es del sexo opuesto o del sexo que nos atrae en cualquier caso (por ser algo más políticamente correcto).
Duele descubrir que una amistad ha caducado porque la mayoría de las veces creemos que una determinada amistad durará para siempre, es bastante complicado darte cuenta de quién será un personaje importante en varios capítulos de tu vida y quién te acompañará a lo largo de toda la historia… y más a nuestra edad. Pese a todo es importante vivir cada amistad como si fuese eterna porque ésta es la única forma en la que no dejaremos pasar las verdaderas. Es difícil y duele porque es complicado abrirnos a la gente, es duro dejarse conocer porque es la única forma en la que nos pueden hacer daño.
¿Qué es mejor, ocultar el corazón intacto o sufrir un par de heridas y conocer a gente que te quiera? Que cada cual decida, pero al menos yo prefiero no vivir en un castillo de cristal siendo sólo espectador de mi vida sin vivirla de verdad; prefiero pincharme con las espinas de las rosas a no poder conocerlas jamás y es que, al menos yo, necesito amar, sentir, vivir… Necesito estrellarme andando en bici a ver al resto pedalear y saltar en paracaídas para sentir lo que es volar, y no me importa quemarme con el sol o ser arrastrado por la corriente de la vida pues necesito conocer el mar y no quedarme tan solo en la orilla.
Nunca he sido una persona a la que le sea fácil abrir su corazón, por mucho que lo intente, y no es que me cueste ser sincero, simplemente hay poca gente que llega a él… pero pese a todo lo intento y si me quemo, bien recibido será, porque si hay algo que tengo claro, es que ésta es la única forma real de sentir y de querer, de estar vivo… y para mí eso es lo único que realmente importa.
Así que aquí estoy, buscadme; os recibiré con los brazos abiertos… y si algo ha de suceder, que suceda; y sino que nos quiten lo vivido.

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