domingo, 8 de agosto de 2010

Seducción




Y en los veinte primeros segundos me enamoro. En cada una de mis venas siento la sangre caliente, palpitante... Una suave melodía me embriaga mientras escucho sus primeras palabras, las últimas realmente, pues su esencia cambia con estas.
Y dejó de ser desconocida, lejana y pasajera para convertirse en huella indeleble de mi conciencia. Es su propia melodía, tanto en potencia como en acto la que abre las puertas a mi corazón. Su calidez la que de mi sangre se adueña bebiendo a generosos sorbos la pasión recién despertada.
¿Cual es la diferencia? ¿Por qué ella y otra no? ¿Qué la convierte en especial... para mí? Es complejo, dificil de explicar. Una resonancia única en su esencia que concuerda con la mía, aunque sea en parte. Y la hago mía, ella sigue siendo ella, aunque sea de otra forma... yo sigo siendo yo, pero cambiante... y al mismo tiempo hay algo que es tanto suyo como mío pero que no lo es... Esa es la magia.
Y al acercarme y sentirla en mí cuando esta magia empieza... ¿quien soy? ¿quien es ella? Rosa roja, brillante estrella que me cautivó.

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