"Vigo...Vigo... hmm, no recuerdo Vigo".
Hmm, definitivamente mejor el tren, ese cómodo tren dormitorio en el que podía tumbarse y dormir, intentando olvidar aquel malestar tan parecido a la resaca. Me encantan los trenes, el rítmico bamboleo del vagón y aquel ruido blanco... Hmm Santiago...
¿Me habrá llamado? Si lo hubiera hecho Manu me lo habría dicho, me habría llamado a casa... a menos que me hubiese llamado entre ayer y hoy... aunque siempre queda mi mail.
Estación, taxi, ascensor. "No contesta al timbre, a lo mejor y está dormido. Creo que llevo sus llaves... Ha salido. No tengo llamadas perdidas."
-Hola papá, lo encontré.
-Me alegro. ¿Te veo hoy a las nueve para la cena con José Amador o tienes planes ya con Manuel?
-No lo he visto, y tampoco me ha llamado, voy a ver si me ha dejado algún mensaje en el ordenador. - "Muy bueno Manu, una corbata en el pomo de una puerta de fondo de escritorio"- No, no nos veremos. Me apetece ir, además el de Amador es un caso importante y me halaga que me deje estar presente.
-Ha oido hablar de tus habilidades con los contratos y quiere un especialista, además ha llegado alto por aprovechar las habilidades de la gente evitando cualquier prejuicio.
-Legal, moral, ético...
-De edad, sexo, raza y aspecto también; te viene bien, no te me pongas moralista, además te viene bien como currículo.
-Somos abogados, o al menos en mi caso, proyectos de abogados, así que no enjuicio, solo constato. Te veo a las ocho y media en el aeropuerto, pediré un coche.
- Au revoir.
-Adios, papá.
"Esta noche promete". Dormir, ducha y masajista, doble de cafeína en Café Romano y traje en Armani y gemelos del Tiffany y lectura del caso... la cama de Manu servirá.
"Son las once... tengo cuatro horas para dormir" Dormir... últimamente un reto entre los recuerdos de una sonrisa y la lluvia de una ciudad a la que no recuerdo haber viajado. Dormir esperando un mensaje, una llamada que hasta ahora no se ha dado. Dormir.
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