viernes, 17 de diciembre de 2010

SMS



“Hola chica desconocida, antes que nada, no soy J., el chico que te envió la flor, pero sé quién es y puede que intuya por qué te envió. Me llamo Manuel y soy amigo suyo, él se ha dejado el móvil en mi casa y por eso lo he podido leer... Es un buen chico, tranquila, pero si quieres saber algo más de él antes de "poneros en contacto", pregunta lo que quieras. Saludos.” Enviar.
Mensaje nuevo:  “Como comprenderás, lo único que quiero saber es por qué yo, de qué me conoce… no todos los días recibo rosas de desconocidos”
"Jajaja, no te conoce, o mejor dicho, te conoce sin conocerte... ¿La rosa? Hmm... Eso tiene más significados de los que puedas imaginar." Enviar.
Se sentó en la silla y apoyó las piernas encima de la cama. Su rostro mostraba, además de la habitual curiosidad ante los enigmas, un deje de preocupación, de desconcierto. "¿Quién? ¿Por qué?".
No eran celos, sabía que no lo perdería por nadie. Era un temor latente con el que vivía cada día, miedo a que J. descubriera un secreto del que no era consciente, que solo ellos dos conocían o habían vivido. Más vale prevenir que lamentar.
Se incorporó, tomó el movil y escribió un último mensaje antes de borrar el número, mensajes enviados y recibidos y de bloquear ese número. Necesitaba investigar, no le hacía gracia, no le apetecía pero...
"Perdona por ser tan críptico en mensaje anterior, pero yo también tengo curiosidad de por qué esa rosa... Sé por qué la nota, él sabe como te sientes o cree saberlo. No sé qué te ha pasado, y probablemente él tampoco, pero si que has perdido algo, que te sientes hundida porque echas de menos, y en eso está contigo. Tienes curiosidad, yo también... ¿nos ayudamos a saciar nuestra intriga? Te dejo mi número, yo de ser tú hablaría antes conmigo. Saludos. 622-***-085. Manu". Enviar.
Le dolía la cabeza del esfuerzo, de buscar tantas palabras en tan poco tiempo, pero ahora no podía esperar. Fue a su pequeña caja de seguridad y cogió el dinero que tenía ahorrado, quinientos euros de los últimos tres años, gran parte de regalos de J., con eso tendría que arreglárselas.
Dejó el movil de J. en la mesilla, donde lo encontraría cuando fuese a buscarlo, y salió. El fin de semana no era suyo, pero el lunes empezaría a investigar, hasta entonces tenía que evitar a J.

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