domingo, 6 de febrero de 2011

¿Destino o casualidad?


Esta pregunta es muy interesante, sobretodo porque abarca el tema de la verdadera libertad... voy a dar mi humilde opinión sin caer en sofismas tales como "la libertad no existe si no podemos elegir existir" (lo cual en el fondo no es si no una paradoja circular). Empecemos.

Según los deterministas se puede predecir el futuro con un modelo matemático en el que aparezcan todas las variables; según la física cuántica es imposible determinar todas las variables porque la propia observación altera los resultados de la observación... ¿Es todo predecible pero no hay quien pueda predecirlo? ¿La propia concepción del universo impide la linealidad del determinismo?

Aristóteles, Buda y demás pensadores nos enseñaron que la virtud está en el punto medio, y ockham que la respuesta más sencilla es a menudo la verdadera... quizá por eso mi "fe" científica me permite aceptar esta teoría como cierta:

¿Que nos representa más como personas que nuestra propia voluntad? ¿dónde está nuestra alma, nuestra escencia si no en esa fuerza volitiva consciente e inconsciente? Somos muchas cosas, pero ante todo voluntad, deseo, acción y pasión. Somos actores en el teatro del mundo, en el que incluso de espectadores somos partícipes de su evolución y cambio. Cada instante (cuya medida más pequeña es el tiempo de Planck) cada uno de nosotros lanza una gota al viento, un deseo, una acción o un sientimiento, una necesidad, cualquier muestra consciente o inconsciente de voluntad.

Aquí cabe el debate de si el solo hecho de desear algo, la simple fuerza volitiva (en la que se engloban los mantras, oraciones y hechizos) afecta a este cúmulo de factores, baste decir que aunque no fuese así (yo creo que nuestro espíritu es energía que va más allá que los límites impuestos por nuestros cuerpos), siempre podemos observar que nuestros propios deseos condicionan nuestro comportamiento ya sea a nivel consciente o no.

Miles de voluntades con diferentes direcciones en el mundo, ¿qué pasa cuando hay dos que van en una misma dirección? ¿y mil?

Nuestro universo y destino es la suma de voluntades, mil ríos interconectados empujándonos en diferentes direcciones. ¿Coincidencias? Cada río o afluente de voluntades, ¿Casualidades? No son más que el resultado de seguir la corriente de voluntades.

"El aleteo de una mariposa en Hong Kong provoca un tornado en Nueva Orleans".

Es cierto en el sentido de que el flujo es como una cadena infinita de fichas de Dominó en la que cada acto y cada instante es necesario para que continúe la cadena (aunque hay actos propiciados por dos y mil flujos más).

¿Existe el destino? Yo creo que no, pero aquellas coincidencias tampoco son solo casualidad.
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